“Quizás a nadie atormentamos como a nuestra madre; quizá por ningún 
cariño sacrificamos menos: tan seguros estamos de poseerlo siempre, de 
que siempre perdona.”
 (Jacinto Benavente)
 Es obvio que no ha conocido a la mía, que ni perdonó ni supo ser una madre ...

 
No hay comentarios:
Publicar un comentario